Si hay algo que nos pertenece, si hay algo que nos identifica, si hay algo que una y otra vez se repite con el paso del tiempo, es nuestra capacidad de matarnos los unos a los otros.El hombre, ese bicho capaz de viajar a la luna, cruzar los océanos, subir montañas y tantas otras hazañas, sucumbe a sus más bajos instintos.Cíclicamente, la historia se repite, una y otra vez, la guerra es la expresión máxima del desprecio a la vida, la violencia es el resultado de la sed de poder, venganza y dominación de las que este "bicho" es capaz.Hombres que se conocen, hacen la guerra, para que se maten entre sí, perfectos desconocidos. Cualquier conflicto bélico, tiene sus arquitectos detrás, detrás de finos y costosos escritorios, detrás de fines despreciables. Lejos del peligro real, estos hombres dictaminan que sus objetivos son motivo suficiente para que otros hombres se maten.Hoy la historia se repite, una vez mas, quienes están dispuestos a matar al prójimo esperan la orden. Un puñado de soldados uruguayos se prepara para "imponer" la Paz en el Congo -si es que la Paz se impone- Mi abuelo decía que la paz se pacta, se acuerda... pero, parece que no aprendemos de nuestros abuelos, ni de la historia... cometemos los mismos errores.Esos hombres y mujeres están dispuestos a matar una vez más por una razón por lo menos cuestionable... si es que puede haber razones válidas para hacerlo. Una vez más, escritorio mediante y a distancia, se apretará el gatillo. Una vez más, habrá del otro lado hombres empuñando armas y demostrando lo destructivos que podemos llegar a ser.
Fernando Ferreira 2004
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